La imagen no pertenece (sólo) a quien la construye inicialmente, sino a también a quien la reconstruye en la mirada.
Hay imágenes densas, simples, estéticas, expresivas, texturizadas , llanas, elaboradas, accidentales, figurativas, profundas, abstractas, contrastadas, complejas, planas, finas, precisas, burdas y hasta violentas (y no me refiero a los tabloides amarillistas sino al impacto que provocan).
Elementa arngarzada, segúin el tamaño, de izquierda a derecha, descendiendo, en la forma evidente o hasta el fondo subliminal. Todo puede construir sentido para la mirada inquiriente.
Nuestra época abusa de las (cantidad de) imágenes. Huir de la babel indigesta requiere paciencia y detenimiento. Cada imagen puede requerir mucho interés y dedicación para ser leída. Cada una concibe, y dará a luz, una visión del mundo (el orden de lo existente y relacionable de nuestro entorno). Definir un concepto abstracto con imágenes puede ser más dificil que acotarlo y precisarlo con palabras (porque las últimas son el invento más desarrollado para ello). Pero la potencia y densidad ideológica de las imágenes no es alcanzado por la palabra nuda.
Dos miradas, dos sentidos (constructo y reconstruido), dos discursos en eco con el mismo medio (electrónico o físico), que conecta, comunica, comulga, al artista constructor con artista intérprete. Dos (al menos) emocionalmente empáticos de alguna manera misteriosa, fundados en dos experiencias personalísimas relacionadas empáticamewnte por la misma condición de humana.
Imagen cuantizada, cualizada, organizada, somatizada..
@imagineromaciasArsMacianae
